martes, 4 de marzo de 2008
p. by Lidia Parras
Pues la historia de esto se remite a hace unos meses. Cierto día haciendo un poco de limpieza en el armario del estudio, se me cayeron dos botes de plástico de pintura, negra y blanca, de medio litro cada uno, llenitos llenitos al suelo. Ambos rebentaron sin piedad alguna de nuestro pobre parquet que tranquilamente descansaba. Me quedé sin aliento y no te digo nada Andy cuando vió el zafarrancho de combate. Menos mal que él reaccionó rápido y trajo el mocho y el cubo. Su obsesión, evidentemente era limpiar lo antes posible para que no quedara mancha. La mía era ... recoger la máxima pintura posible y que no se perdiera. Lo sé, craso error!! Qué pasó al final?? Pues mogollón de pintura en una bolsa de plastico y un par de manos (las mías por supuesto) manchadísimas de pintura. Había que aprovechar la pintura de la bolsa de plástico, así que cogí la primera madera que encontré en casa y con las manos embadurnadas plasmé toda la batalla :D

2 comentarios:

AlbertuX dijo...

Uala!!!

Estas echa una artistaza!!
Que pasada de cuadro!!!
En mi comedor quedaria moniiisimo!!
¡¡Te lo compro!! :P

Lidia dijo...

En serio?